Hoy en muchas industrias se habla de inclusión y la de reuniones no es la excepción. De hecho, las acciones alrededor de este concepto han ido evolucionando, pues en la época de los 90 ser inclusivo en un evento se limitaba a aspectos básicos como instalar rampas para facilitar el acceso a los invitados con sillas de ruedas.
La neuroinclusión va más allá de las barreras físicas
Actualmente todo va más allá, explica Gladys O´Mahony –vicepresidenta de Ventas para El Caribe y Latinoamérica de Marriott International– pues los avances en ciencia y tecnología, sumados a un cambio social profundo, han propiciado prácticas neuroinclusivas, sobre todo en eventos de gran escala. Esto implica el diseño de entornos para las comunidades neurodivergentes, es decir, entornos que se ajusten a seres humanos que perciben la vida de una manera distinta, como las personas con autismo, TDAH, dislexia u otras variaciones cognitivas.
Estas son algunas iniciativas que están marcando una diferencia, señala la directiva de Marriott, en un artículo de difusión:
*Salas de recuperación sensorial. Se trata de un refugio esencial para los asistentes que se sienten abrumados por la intensidad sensorial; en estos sitios los asistentes a un evento se relajan y recargan pila.
*Herramientas y recursos sensoriales personalizados como: auriculares con cancelación de ruido, juguetes anti estrés y gafas para sensibilidad a la luz. El objetivo es adaptar la experiencia a las necesidades individuales.
*Comunicación accesible. Como colocar subtítulos en tiempo real para asegurar que todos participen del contenido.
La educación como pilar fundamental de la neuroinclusión
Para Gladys, hablar y explicar qué es la neurodiversidad y las prácticas neuroinclusivas fomenta una cultura de comprensión, lo que al mismo tiempo hace que cada detalle de un evento sea diseñado con empatía y cuidado, derivando en un encuentro exitoso para todos.
“Los esfuerzos hacia la inclusión van más allá de ajustes temporales, representan un cambio profundo en cómo la industria MICE concibe y, sobre todo, implementa acciones de inclusión. Es menester pensar en qué significa realmente ser inclusivos para replantear este concepto y establecer un nuevo estándar sobre el cual podamos seguir innovando y avanzando”.
Gladys O´Mahony