Graduada por la Universidad de Jaen – España, felicitamos a Betina Anzilutti, colaboradora de MDC – The Event Planner´s Magazine y CEO de Noun Eventos & Capacitación Ejecutiva, por ser una de las pocas mujeres latinoamericanas en obtener el Master en Accesibilidad y Diseño de Smart Cities.
Felicidades Betina, coméntanos tu logro reciente en materia de accesibilidad
En entrevista exclusiva comparte: “han sido 9 meses de estudio muy intensivos donde me especialicé en áreas tan distintas como: turismo deportes, diseño de sitios web y video juegos accesibles».
¿Qué te llevó a seguir estudiando sobre este tema?
Como bien sabes -y nuestros lectores también- soy una apasionada del tema, luego de tantos años de olvido y postergaciones, la accesibilidad vive hoy su auge máximo, evoluciona constantemente y por ello consideré responsable seguir formándome en el tema sobre el cual conferencio y escribo, nuestros lectores merecen recibir tendencias y noticias recientes.
¿Cuánto más enriquecida egresas?
He descubierto que la accesibilidad y la inclusión se aplican en cada comportamiento y actividad de la vida cotidiana, más allá del turismo y la industria MICE, la accesibilidad radica también en comprender las señales e instrucciones de la ciudad en la cual vivimos. Por ejemplo, ¿todo habitante comprende cómo manejar el cajero automático de un banco? No olvidemos que más allá de rampas, escaleras, anchos y largos de corredores, existe lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama accesibilidad intangible. Es decir, hay muchos modos de no incluir a la gente con discapacidad.
Hay cinco tipos de discriminaciones individualizados: invisibilización, cosificación, maltrato o gestualidad inapropiada, infantilización y ayuda invasiva, por ello, se remarca que si dejamos de lado estas actitudes en las que se cae, por miedo e ignorancia (nunca por malicia), aseguramos la accesibilidad en nuestro trato cotidiano en un 80%, pues de nada sirve si, por ejemplo, ingresas a un hotel que es totalmente inclusivo a nivel arquitectónico y de ambientación, pero el recepcionista no trata correctamente -a nivel humano- al turista con discapacidad.
Seguiré con mi compromiso de concientizar a través de estas páginas tan queridas por mí, hay mucho por hacer en nuestro continente para que sea más accesible e inclusivo, pero, ¡estamos en camino!
Betina Anzilutti