Por: *Silvana Bonsignor
El sector corporativo hoy en día sabe que mediante los eventos logra una excelente relación de fidelidad con su público. Hoy es una de las mejores herramientas de afinidad para lograr resultados de imagen positiva.
La formación en ceremonial y protocolo, es la mejor inversión en conocimientos que un profesional puede hacer, pues son capacidades muy valoradas por las grandes empresas. Para ser más específicos, se ha visto que en búsquedas laborales de distintas corporaciones ya es un requisito tener habilidades para: comportarse socialmente, vestir correctamente según cada evento, etc.
Para citar un ejemplo en empresas multinacionales en las que sus trabajadores se ven obligados a reunirse de forma periódica con clientes o realizar viajes frecuentes por negociaciones a distintos continentes, estar formados en protocolo es un plus que suma a su currículo vitae.

El protocolo para un organizador de eventos le brindará:
– Organización: definirá roles, responsabilidades y procedimientos que aseguran que todo funcionará sin inconvenientes.
– Imagen positiva: un profesional con su adecuada etiqueta transmitirá profesionalismo, seriedad y respeto hacia los asistentes y participantes.
– Cortesía: utilizando los buenos modales se guiará el comportamiento del equipo y participantes; como lo mencionamos, puede incluir reglas sobre vestimenta, comportamiento en público, formas de dirigirse a otras personas, entre otros aspectos.
– Seguridad: implementar las normas protocolares correctas dará a un profesional la protección suficiente para saber que todo se está realizado de la mejor manera y con el total control de distintas situaciones, garantizando su bienestar durante el evento, augurando un desarrollo ordenado, respetuoso y exitoso.

Para el evento en sí mismo, el protocolo cumplirá las siguientes funciones:
1. Identificar a los invitados: determinar y distinguir quiénes serán los disertantes, participantes, invitados de honor, autoridades, entre otros.
2. Adoptar las costumbres regionales: mediante una investigación protocolar, el evento podrá realizarse en cualquier lugar siempre con el total respeto a los usos y tradiciones locales.
3. El plan de protocolo: será minucioso en cada detalle como la recepción de los invitados, el orden de los discursos, las presentaciones, los obsequios, etc.
4. La retroalimentación: después del evento, una de las evaluaciones será para identificar qué aspectos del protocolo funcionaron bien y qué áreas podrían mejorarse. Utiliza esta retroalimentación a fin de ajustar y mejorar el protocolo en futuros eventos.
En definitiva, estamos en un momento esencial para comprender que es necesario formar ambientes laborales de unión y no de división; donde se trabaje en equipo, se valore la motivación, la comunicación y las relaciones institucionales. Esto se logrará con capital humano calificado y formado.
*Coordinadora Académica de Noun Eventos & Capacitación Ejecutiva