Por: Alejandro Escalante*
En el vertiginoso mundo de los eventos corporativos y las convenciones, donde la creatividad y la ejecución impecable son imperativas, existe un asunto subyacente que está minando la vitalidad de muchas agencias: los tiempos de crédito extendidos que las grandes corporaciones exigen a sus proveedores y agencias. Esta práctica, aunque común, ha generado una situación preocupante, dejando a muchas agencias en bancarrota y transformándolas, de facto, en financistas involuntarios de las empresas que deberían ser sus clientes. Es tiempo de reevaluar esta dinámica y promover una responsabilidad compartida en la búsqueda de soluciones financieras para proyectos de eventos sin sacrificar la integridad de las agencias.
El proceso es lamentablemente familiar para muchos en la industria. Una agencia de eventos, impulsada por la pasión por el diseño y la ejecución de experiencias memorables, acepta un proyecto de una gran corporación. Se sumerge en el trabajo, invirtiendo recursos significativos en la planificación y la logística. Sin embargo, cuando llega el momento de pago, la corporación solicita tiempos de crédito extensos: 30, 60, 90 y hasta 120 días, antes de liquidar la factura. Esto coloca una presión financiera inmensa sobre las agencias, quienes deben cubrir los costos asociados con el evento mientras esperan el reembolso, muchas veces poniendo en peligro su estabilidad financiera.
La raíz del problema no radica simplemente en la política de pago extendido, sino en la asimetría de poder inherente a la relación entre las grandes corporaciones y las agencias de eventos. Las corporaciones, con su influencia y recursos, tienen la capacidad de dictar los términos de la transacción, mientras que las agencias, aunque esenciales para el éxito del evento, a menudo carecen de la capacidad para negociar condiciones favorables.
Es crucial que las grandes corporaciones reconozcan su papel en esta dinámica y asuman una mayor responsabilidad en la búsqueda de soluciones financieras equitativas. En lugar de depender exclusivamente de los tiempos de crédito extendidos, deben explorar alternativas de financiamiento que no pongan en riesgo la estabilidad financiera de sus proveedores. Esto podría implicar la inversión en sistemas de pago más eficientes, la consideración de préstamos a corto plazo para cubrir los costos del evento o la implementación de políticas de pago más justas y transparentes.
Las agencias no deberían sentirse obligadas a actuar como financieros de las corporaciones para asegurar su supervivencia. En lugar de eso, deben ser liberadas para enfocarse en lo que hacen mejor: conceptualizar, diseñar y ejecutar eventos excepcionales que impulsan las metas y la imagen de la empresa cliente.
*Comunicólogo y Maestro en Dirección de Empresas de Entretenimiento. Lleva más de 18 años en la industria MICE; se desempeña como director general en Paralelo Meetings & Events y es presidente Electo de MPI México 2024-2025.